¿Qué debes saber antes de pedir un crédito?

Pedir un crédito supone una responsabilidad. Si bien tenemos un compromiso con nuestras metas y proyectos, también estableceremos un vínculo con el banco y por ello es muy importante que hagas una evaluación con respecto a tus necesidades y posibilidades.

Establece tus metas: ¿Qué quieres lograr? Ya sea para comprar un auto, emprender un negocio o viajar al extranjero, es importante que tengas claro lo que piensas concretar con tu crédito. Conoce mis metas BBVA aquí, puede que te ayude.

Fija una cantidad: Si ya tienes un proyecto en mente, entonces corresponde saber cuánto dinero vas a necesitar para llevarlo a cabo. 

Debes tener capacidad de pago: Tienes la meta, sabes cuánto dinero necesitas y ahora queda saber si estás en capacidad de asumir la deuda. ¿Cómo? Arma un presupuesto personal, enlista tus ingresos y gastos mensuales, la resta de ambos te dará luces de lo que puedes asumir al final de cada mes.

Luego de conocer la capacidad que posees para asumir un crédito, lo que sigue es que analices los detalles del crédito que pedirás. 

Tasa de interés: debes identificar si la tasa de interés que te ofrecen es fija, variable o mixta. 

Plazo del crédito: establece el tiempo durante el cual deseas manejar tu crédito, ya que muchas veces la tasa de interés se fija en función de ello. 

Monto total a pagar: debes tener en cuenta la tasa de interés, las comisiones y costos extras. 

Comisiones: Al solicitar el crédito, el banco te puede solicitar el pago de una serie de comisiones (apertura, gestión, etc.). 

A veces es posible obtener mejores tasas si tienes algún otro producto contratado con el banco o puedes aprovechar de las campañas donde se otorgan a los clientes mejores tasas.

Los bancos suelen tener varios tipos de crédito que abarcan los requerimientos y necesidades de los clientes, ya sea en plazos de pago como el destino que le quieren dar a sus créditos. 

Crédito hipotecario: es un crédito que se otorga para la adquisición de una propiedad ya construida, un terreno, como también para la construcción de viviendas, oficinas, etc. Son créditos de largo plazo y su destino es específico (compra de inmueble).

Crédito comercial: orientado a la actividad productiva de las empresas para la compra de materias primas, de mercancía, maquinaria, entre otros. Suelen ser de largo plazo y su destino específico (actividad productiva). 

Tarjetas de crédito: fuente de financiamiento de las personas que permite la compra de bienes y servicios sin la necesidad de disponer de dinero efectivo en el momento con el compromiso de pagar más adelante con los intereses agregados. De plazo corto y destino de libre elección. 

Créditos específicos: muchos bancos suelen dar créditos específicos como los créditos educativos o vehiculares, que tienen como ventaja que sus montos y planes de pago están diseñados de acuerdo a dichos objetivos. 

Crédito personal: se trata de los préstamos personales, los cuales son abiertos, de libre disponibilidad y suelen ser de plazos cortos y medianos.

Pues bien, ya analizaste tu situación, conoces los pormenores del crédito que solicitarás y ya estás en condiciones de pedir uno, entonces ahora le corresponde al banco evaluarte. 

Historial crediticio. Las entidades bancarias verán tus reportes de las centrales de riesgo, si has tenido o tienes otros créditos y cómo has asumido esas deudas, en palabras simples, si estás al día en tus pagos. 

Una forma que las entidades financieras confíen en tu capacidad de pago es que puedas demostrar ingresos constantes y por ello te solicitarán boletas de pago o recibo por honorarios de algunos meses atrás.

¿La viste? Solicitar un crédito sin duda puede acercarte a tus sueños y metas, siempre y cuando lo manejes de manera informada y con responsabilidad.