Seguro básico vs. todo riesgo: puntos clave

Un seguro vehicular a todo riesgo es una póliza amplia que cubre casi todos los daños relacionados con tu auto, tanto los que causas como los que sufres. Diseñada para ofrecer máxima protección vehicular, incluye accidentes, robos, daños por desastres naturales y hasta reparaciones por fallos menores. Es la opción más completa disponible, pensada para quienes quieren resguardar su inversión sin preocuparse por imprevistos. En Perú, donde los choques y el hurto son problemas que enfrentan los conductores, este tipo de seguro atrae a dueños de autos nuevos o de alto valor.

Por otro lado, el seguro básico, también conocido como seguro contra terceros, se enfoca en cubrir los daños que su vehículo cause a otras personas o propiedades. Es una opción más limitada y económica, ideal para quienes buscan cumplir con requisitos legales mínimos o protegerse sin invertir demasiado. Aunque no cubre daños a tu propio auto en la mayoría de los casos, sigue siendo una herramienta útil para conductores con vehículos usados ​​o de bajo valor que no justifican una cobertura extensa.

• Cobertura y alcance: La diferencia más evidente entre ambos seguros está en su cobertura. Un seguro a todo riesgo protege tanto tu auto como el de terceros, cubriendo desde choques hasta robos totales o parciales, e incluso eventos como inundaciones o incendios. Si tu vehículo sufre un accidente, la aseguradora paga las reparaciones o, en caso de pérdida total, te indemniza según el valor asegurado. En cambio, el seguro básico solo responde por los daños que cause a otros, dejando a tu auto desprotegido ante cualquier peligro que no involucre a terceros. Esta brecha en alcance define para quién es cada opción.
• Costo de la póliza: El costo es otro factor que los separa. Un seguro a todo riesgo, por su amplitud, tiene una prima más alta, lo que refleja su capacidad para cubrir múltiples riesgos. Pagas más al mes o al año, pero a cambio obtienes una red de seguridad robusta que minimiza gastos imprevistos. El seguro básico, en cambio, es mucho más barato, ya que su alcance es limitado. Para conductores con presupuestos ajustados o autos de poco valor, esta opción reduce el gasto inmediato, aunque deja más responsabilidad en tus manos si algo le pasa a tu vehículo.
• Beneficios adicionales: Los seguros a todo riesgo suelen venir con extras que el básico no ofrece. Por ejemplo, muchas pólizas incluyen asistencia en carretera, como grúa o cambio de llanta, y hasta un auto de reemplazo mientras reparan el tuyo. Algunos incluso cubren daños menores, como rayos o roturas de luna, sin costo adicional. El seguro básico rara vez tiene estos beneficios, ya que su enfoque es cubrir lo esencial: daños a terceros. Si valoras estos servicios adicionales, el todo riesgo te da una experiencia más completa.

El tipo de auto y tu perfil como conductor influyen en cuál te conviene. Un seguro a todo riesgo es ideal para autos nuevos o costosos, donde el valor de la inversión justifica una protección total. También es perfecto si conduce mucho en zonas de alto riesgo, como ciudades con tráfico intenso o áreas propensas a robos. El seguro básico, por su parte, se adapta mejor a vehículos usados ​​o de bajo valor, donde repararlos o reemplazarlos no representa una pérdida significativa. Conductores ocasionales o con presupuestos limitados también lo prefieren por su simplicidad y bajo costo.

En la vida real, estas diferencias tienen un impacto claro. Con un seguro a todo riesgo, enfrentas un choque o robo con la certeza de que tu auto estará cubierto, lo que te ahorrará estrés y dinero a largo plazo. Sin embargo, su costo elevado puede ser una carga si no usas todos sus beneficios. El seguro básico te da paz al saber que no afectarás a otros sin respaldo, pero si tu auto sufre daños, pagarás de tu bolsillo. En un país como Perú con carreteras variadas y riesgos urbanos, sopesar estas ventajas y desventajas es clave.

Antes de decidir, evalúe estos puntos:

• Valor del auto: Autos nuevos o caros se benefician más del todo riesgo.
• Uso diario: Conducir mucho aumenta la necesidad de cobertura amplia.
• Presupuesto: Asegúrate de que la prima no afecte tus finanzas.
• Riesgos locales: Robos o desastres en tu zona pueden justificar el todo riesgo.

Un seguro a todo riesgo brilla en situaciones específicas. Si acabas de comprar un auto nuevo y quieres protegerlo al máximo, esta póliza te cubre contra cualquier eventualidad, desde un choque hasta un dolor en un semáforo. También es ideal si vives en una ciudad como Lima, donde los accidentes y robos son frecuentes, o si tu vehículo es esencial para tu trabajo. En estos casos, la inversión inicial alta se compensa con la tranquilidad de saber que estás protegido ante casi todo.

El seguro básico tiene su lugar para conductores con prioridades distintas. Si tu auto tiene varios años y su valor de mercado es bajo, pagar por un todo riesgo podría no tener sentido, ya que las reparaciones o la pérdida total no serán tan costosas. También es una buena opción si usas el auto poco o si tu presupuesto no permite una prima alta. Cumple con lo esencial y te mantiene dentro de la ley sin complicaciones.

Independientemente del tipo, mira estos detalles:

• Exclusiones: Qué no cubre la póliza (ej. negligencia).
• Límite de cobertura: Monto máximo que pagará la aseguradora.
• Reputación: Elige una compañía confiable con buen servicio.